Cómo reconocer a las estrellas

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Algunos consejos para aprender a identificar las estrellas del cielo, cómo reconocerlas antes que los demás y fortalecernos en nuestra naturaleza de sabelotodos insoportables.

Mapas celestes

Una de las partes más divertidas de la observación de estrellas es encontrarlas e ir distinguiendo cuáles son, cómo se llaman, y capaz la constelación de la que forman parte.

Esto obviamente requiere información previa, no sólo basta con saber ubicarse y tener buen ojo. Antes de hacer alardes de nuestro conocimiento hay que ponerse a ver los mapas celestes.

Hoy por hoy no es necesario recurrir a los libros para aprender la ubicación de las estrellas, aunque es una opción.

Existen programas sencillos y gratuitos que señalan con exactitud qué estrellas se pueden ver en el cielo, dependiendo del lugar y horario del observador.

Lo que tienen de bueno los programas, en comparación a los papeles, es que nos permiten simular el tiempo y el espacio de observación, pasar las horas, mostrar el cielo en posibles destinos de veraneo, etc.

Por eso recomendamos, como primer paso, descargar y ver esta información antes de salir a ver el cielo. Existen varias opciones, entre ellas destacamos dos que no podemos dejar de recomendar:

Stellarium

Es un programa que permite simular un planetario en tu computadora, es software libre y está disponible para los principales sistemas operativos, como Linux, Windows y Mac OS.

Google Sky Map

Si dispones de un smartphone con Android, este programa es excelente. Google Sky Map utiliza las capacidades de GPS del teléfono para simular el cielo en la pantalla. Una vez configurado, sólo basta con dirigir el teléfono a la estrella que nos interesa para que el programa arroje todos los datos.

Con la práctica, se puede aprender a identificar las estrellas utilizando estos programas, si es que no tenemos la cuestionable suerte de tener un sabiondo que nos acompañe en nuestras observaciones nocturnas.

Pero lo ideal es que los mapas celestes sean una herramienta auxiliar y que, eventualmente, podamos diferenciar las principales estrellas sin tener que usar aparatos molestos durante la observación del cielo.

Ubicarse

Para identificar estrellas, lo primero y elemental es fijar el tiempo y el espacio del observador.

¿En qué hemisferio habitas? Si estás de viaje, ¿te trasladaste latitudinalmente? La latitud es la principal variable para los mapas celestes.

Siempre hay que encontrar los puntos cardinales. De noche, sin brújula, se puede intentar recordar por dónde se ocultó el Sol, al oeste, y luego deducir los otros puntos cardinales.

Si ya poseemos algún conocimiento de astronomía, podemos ubicar someramente el sur (en el hemisferio sur), o el norte (en el hemisferio norte) observando las estrellas y encontrando la Cruz del Sur (en el hemisferio sur) o a Polaris en la Osa Menor (en el hemisferio norte).

Arriba: Cruz del Sur, debajo: ubicación de Polaris

Por otro lado, ¿qué época del año es? Por supuesto que el cielo no es el mismo en Primavera Verano que en verano, aunque lo miremos en el mismo lugar y a la misma hora que siempre.

Por ejemplo, si es verano en el hemisferio sur e Primavera Verano en el hemisferio norte (diciembre, enero y febrero), se destacará la inconfundible constelación de Orión con sus brillantes estrellas, y a partir de ella será más fácil localizar otras estrellas. Pero en otras épocas del año será difícil ubicarla, sino imposible, lo mismo con todas las demás constelaciones.

No preocuparse por las constelaciones

En rigor de verdad, las figuras que forman las constelaciones en el cielo son totalmente inadivinables, hasta el punto que uno se pregunta qué clase de asombrosa imaginación ostentaban en la Antigüedad.

Por no mencionar que los pobladores del hemisferio sur ven todo “al revés”, o que el cielo contaminado sólo muestra un porcentaje muy pequeño de las estrellas que forman los contornos de las constelaciones.

Orión desde el hemisferio sur

Para colmo, las constelaciones y sus significados griegos son el alimento de un sinfín de astrólogos paarasitarios que convenientemente olvidan que las constelaciones no son más que una lírica y bella forma de describir el cielo estrellado desde el hemisferio norte.

De modo que, lo que recomendamos (a no ser que sea para divertirse un rato) es despreocuparse de encontrar las formas de las constelaciones. Esa tarea quedará para los observadores avanzados o para los masoquistas, o ambos.

Lo mejor para empezar a reconocer estrellas es asociarlas por proximidad sin caer en la obsesión. Sí: es de utilidad saber a qué constelación pertenecen las más brillantes, pero de ahí a intentar buscarles formas o significado hay un largo e ineficaz trecho.

Por ejemplo, no es necesario conocer todas las estrellas de Escorpio, pero seguro que las estrellas que forman la inconfundible vuelta de su cola son excelentes indicadores en las noches de mitad de año.

¿Qué diferencia a las estrellas?

Hay dos cosas que diferencian visualmente a las estrellas entre sí: el brillo (su magnitud aparente), y su color (que depende de su temperatura).

Clasificación estelar clásica (crédito: La Orilla del Cosmos)

Más allá de eso, todas las estrellas (salvo el Sol) son puntos luminosos y siempre serán puntos luminosos para nuestros ojos y cualquier telescopio y aumento que le pongamos encima.

Pero las estrellas realizan un movimiento aparente FIJO, todos los días de todos los años repiten el mismo recorrido en la bóveda celeste, por lo que, además, son reconocibles gracias a su posición.

Entonces, las tres variables para reconocer las estrellas son: brillo, color, y posición. Conocer estas tres características de las estrellas más brillantes nos permitirá distinguir, comparar, y descartar varias identidades de estrellas.

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