
Luego de una semana de chequeos, Curiosity tuvo un trasplante de cerebro. Durante el fin de semana, se le realizó una optimización del software que llevó cuatro días marcianos, o como los llaman en la NASA: Sols. Hasta ahora había funcionado con un paquete de programas optimizados para la entrada, descenso y amartizaje, por lo que era hora de cambiarle al software diseñado para sus tareas de aquí en adelante, que serán rodar por la superficie marciana, y poder estudiar sus rocas y el suelo.
Curiosity, que logró un amartizaje perfecto el pasado 6 de agosto, ya viene tomando fotos del paisaje marciano que tiene a su alrededor, como parte de las pruebas que se realizaron a todas sus cámaras. Ahora comenzará su verdadero trabajo, que no es el de turista interplanetario. Para ello necesitará del sofware que los científicos de la NASA llaman R10, que fue subido a Curiosity durante los ocho meses de viaje que tuvo desde la Tierra hasta Marte. Como cuenta sólo con dos procesadores, la computadora de Curiosity no puede darse el lujo de mantener funcionando dos paquetes de programas complejos. No es super veloz, sino que apenas supera a un smartphone. Tampoco tiene demasiada capacidad de almacenaje, sólo cuenta con 4 gigabites.Así que al pasar al R10, podrá borrar y liberarse del sofware que vino utilizando para llegar a Marte.
Curiosity es una máquina con seis patas con ruedas que cuenta con un laboratorio científico completo, 10 instrumentos y un brazo robótico de dos metros de largo equipado con un taladro. Ahora podrá comenzar su exploración del cráter Gale, y de la montaña que hay dentro del cráter, el monte Sharp, un trabajo que le llevará como mínimo unos dos años. Le meta principal es estudiar la composición química y mineralógica del suelo del cráter, para poder descubrir cómo se formó, prestando especial atención a si existieron condiciones favorables para la vida en el pasado marciano, como se cree, razón por la cual se eligió esa zona para enviar Curiosity.
Estos análisis del suelo marciano le llevarán unas 10 horas al laboratorio científico de Curiosity, por lo que serán realizados por la noche marciana, cuando el rover está “descansando”. En estas próximas semanas se “ejercitará” el brazo mecánico de dos metros de largo y con cinco “codos”, para comenzar con el trabajo de extracción de rocas y suelo. El brazo tiene una pala, con la que podrá meter las muestras en una entrada del rover donde se filtrará la muestra para que sólo queden las partículas más finas, a las que luego se les tomará imágenes de rayos-X. El análisis de estas imágenes permitirá conocer la composición mineral de las muestras.
Se espera poder encontrar sílice, sulfatos, carbonatos y fosfatos, minerales que están relacionados con la vida como la conocemos en la Tierra. Así que habrá que ver qué información puede recoge Curiosity en las próximas semanas, mientras se pasea durante el día, y se encierra en su laboratorio por las noches.
Fuente: LiveScience y Space.com
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