
Hace 9 millones de años, Madrid era un hervidero de grandes cazadores. Por la zona se paseaban los gatos dientes de sable, que a pesar de sus enormes dientes, era el más pequeño de los grandes depredadores que se disputaban las presas en la zona. Tenía que vérselas con unos osos perro y otro felino del tamaño de un león.
Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Madrid, junto con otros investigadores de la Universidad de Michigan, han analizado los dientes de dos especies de dientes de sable y una del llamado oso perro, descubiertos cerca de Madrid. Los osos perro eran muy parecidos a un oso actual, sólo que con dientes más similares a los de un perro. Uno de los dientes de sable era el Promegantereon ogygia, que tenía el tamaño de un leopardo actual, pero que tuvo que compartir tiempo y espacio con otro dientes de sable mucho más grande, el Machairodus aphanistus similar a un león de hoy en día.
Hace 9 millones de años la región esa zona era boscosa, y se cree que ambos dientes de sable cazaban a las mismas presas, que podrían ser caballos o jabalíes. Los paleontólogos creen que la especie más pequeña seguramente tendría una táctica de caza que incluía moverse por las ramas de los árboles, para evitar encontrarse con el dientes de sable más grande, que tal vez fuese como los leones actuales, que suelen cazar de noche. Mientras que los osos perro cazaban antílopes en áreas más abiertas, por lo que no se superponía tanto con la zona de caza de los dientes de sable.
Unos carnívoros mamíferos tan grandes suelen ser algo difícil de encontrar en el registro fósil. El yacimiento donde fueron descubiertos, Cerro de los Batallones, tiene nueve puntos de interés con abundancia de fósiles. Especialmente dientes, de los cuales se puede extraer mucha información. Analizando los isótopos de carbono de los dientes se puede saber qué comían. Diferentes isótopos se identifican con diferentes tipos de plantas. Cuando los herbívoros comían las plantas, estas dejaban una marca de isótopos en sus huesos y dientes. Esa marca viajó a través de la cadena alimenticia, es decir que quedó en los carnívoros que se alimentaban de esos herbívoros. Así es que se puede saber qué comían los comedores de plantas, y con esto, qué comedores de plantas se comían los comedores de carne.
Una coexistencia como esta, no es rara, es algo que se ve en los ecosistemas actuales.
Fuente: ScienceDaily