
Los dichos populares raramente se equivocan, y el que dice que la primera impresión es la que cuenta, al parecer no es la excepción. Un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology, han descubierto que no sólo el dicho es cierto, sino que las nuevas experiencias que contradicen una mala primera impresión, sólo tienen validez para nosotros si se repiten en el mismo contexto en el que fueron adquiridas.
Imaginen que tenemos un compañero nuevo de trabajo que nos produjo una mala impresión. Unos días después lo vemos en una reunión de amigos, y nos damos cuenta de que en realidad era una persona agradable. Pero si bien sabemos que nuestra primera impresión había sido errónea, seguiremos teniendo un cierto recelo hacia esa persona, y sólo sentiremos que es una persona agradable en un contexto similar al de la reunión en la que lo sentimos por primera vez, es decir en un ambiente distendido de fiesta, en el ejemplo elegido. Sin embargo en todos los demás contextos, seguirá dominando la primera impresión.
Bertram Gawronski y colegas, han realizado estudios en los cuales a los participantes se les presentaba información positiva o negativa sobre un cierto individuo que veían en la pantalla de la computadora. Luego se les presentaba nueva información sobre el mismo individuo que era inconsistente con la que se brindó originalmente. Para estudiar el contexto, los investigadores cambiaron el fondo de pantalla de la computadora cuando los participantes se formaban una impresión del individuo. Descubrieron que la nueva información, influenciaba a los participantes sólo cuando se les presentaba al individuo con el mismo fondo de pantalla en el que habían aprendido esa nueva información.
Según los investigadores, nuestro cerebro almacena experiencias que violen lo que esperamos como excepciones a la regla, de forma que la regla es siempre tratada como válida, excepto para el contexto específico en el que fue violada. En suma, siempre tendremos desconfianza de quienes nos hayan producido una mala primera impresión, seguiremos confiando a rajatabla en quienes nos hayan caído bien al principio, por más que nos traicionen en repetidas ocasiones. Todo dependerá del contexto, según estos estudios psicológicos, que como siempre decimos, hay que tomarlos con pinzas, ya que los sujetos de estudio suelen ser estudiantes de las universidades donde se realizan, y suelen ser pocos, como para generalizar.
Vía LiveScience