
Uno de los dinosaurios más famosos, y también uno de los villanos del cine más recordados, es el Velociraptor, que fue catapultado al estrellato por su papel de cazador inteligente en la película Jurassic Park (Parque Jurásico), si bien allí lo representaron mucho más grande de lo que realmente es. ¿Quién es este personaje tan famoso? No es el dinosaurio más letal, como pareciese cuando uno lo ve en la película de Steven Spielberg de 1993.
El verdadero Velociraptor vivió hace unos 75 a 71 millones de años, hacia el fin del período cretácico. Sus fósiles fueron descubiertos por primera vez en 1924, cuando recibió su nombre de manos Henry Fairfield Osborn, nombre científico que deriva de las palabras en latín velox y raptor. Hoy en día se conocen dos especies de Velociraptor, la mongoliensis, y la osmolskae, ambas descubiertas en Mongolia y en la Mongolia Interior de China.
No tenía la altura de un hombre como en la película de Spielberg, sino que apenas ti tenía el tamaño de un pavo, con menos de un metro de altura, y unos dos de largo, desde el hocico hasta la cola, que era dura, con huesos fusionados, por lo que no era flexible, ni podía utilizarse como arma defensiva, sino más bien como una forma de balancearse en las corridas y saltos que seguramente habrán caracterizado su conducta habitual de cazador. Se cree que podía llegar a saltar hasta tres metros en el aire. Los paleontólogos también piensan que podía alcanzar los 60 kilómetros por hora de velocidad, cuando corría, si bien seguramente no podría mantener esa velocidad por mucho tiempo, sino más bien como cortas aceleraciones para atrapar a una presa.
Otra diferencia entre el Velociraptor del cine y el verdadero es este último tenía plumas, como se ha podido identificar en algunos de sus fósiles. Se cree que las usaban para regular la temperatura corporal, así como para conseguir pareja. Sus miembros anteriores, o “brazos”, eran largos, con dos apéndices parecidos a manos que tenían garras curvadas, que seguramente eran utilizadas como hoy en día las usan las aves cazadoras, para mantener atrapadas a las víctimas, mientras se las liquida con la boca.
Justamente estos dinosaurios tenían una mandíbula con 28 dientes de cada lado, aserrados, que una vez que se cerraba podía mantener a cualquier presa atrapada, por más movediza que fuese, gracias a las características de sus dientes. Para liquidar el trabajo, seguramente se valía de una garra retráctil en forma de hoz que tenía en cada pié, con la que podía perforar la garganta de la victima que tenía bien asegurada con la mandíbula y los brazos.
¿Qué comía el Velociraptor? Seguramente pequeños reptiles, anfibios u otros dinosaurios pequeños y lentos. Se lo ha asociado con el dinosaurio herbívoro Protoceratops, por lo que se cree que podría ser su víctima habitual. Los mamíferos, nuestros antepasados de aquellos tiempos, seguramente estarían a salvo de este cazador letal, pero sin duda, si nos lo llegásemos a encontrar en un parque fuera de servicio, deberíamos temerle tanto a este pequeño ejemplar, como al grandote del cine. Baste un botón como muestra, los dejo con un video de la película:
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