
El rover de la NASA Curiosity, ya ha llegado a Marte, y ahora empieza el largo trabajo para el que esta misión se ha preparado durante casi 14 años. En los próximos días Curiosity comenzará a perforar el suelo marciano en busca de moléculas orgánicas que podrían ser evidencias de vida marciana pasada. Es que hace cientos de millones de años Marte tenía una atmósfera más gruesa, lo que permitía la existencia de agua en estado líquido, y por ende mares, uno de los cuales se cree que pudo existir donde el Curiosity ha amartizado: el cráter Gale.
Las moléculas orgánicas que buscará el Curiosity pueden haber sobrevivido por miles de millones de años, por lo que si alguna vez existieron, el rover las encontrará. Esta materia orgánica podría tener un origen biológico, pero también podrían haber sido creadas por procesos químicos mundanos, que nada tienen que ver con la vida. Para que se pueda decir que una molécula orgánica representa algo vivo deben ser estructuras complejas.
Cuando hablamos de una molécula orgánica simplemente se hace mención a una sustancia química que contiene carbono, muchas veces también contiene oxígeno, nitrógeno, y otros elementos. Se las llama orgánicas porque inicialmente se las relacionaba únicamente con la vida, con lo que tiene órganos. Son bastante normales en nuestro mundo, ya que aparecen de forma artificial mediante la síntesis química. Pero las que nos importan son las naturales, no las artificiales. Las naturales son las biomoléculas, que son sintetizadas por los seres vivos de nuestro planeta. Así es que las moléculas orgánicas se relacionan con la vida, pero la vida como la conocemos en nuestro planeta, basada en el carbono. Podría llegar a ser que en Marte la vida no se base en el carbono como elemento básico.
Vida en Marte
Si existe vida en Marte, entonces podría ser que nosotros fuésemos marciano, según algunas teorías sobre el origen de la vida en la Tierra. No es nada fácil la aparición de la vida, son muchas las condiciones que deben darse, por lo que los científicos creen que si existe la rara coincidencia de tener dos planetas vecinos y que ambos albergan vida, podría ser que uno de los planetas haya “sembrado” al otro, una teoría científica conocida como panspermia.
Cientos de miles de meteoritos provenientes de Marte han llegado hasta nuestro planeta. Son trozos del vecino rojo que fueron enviados al espacio tras colisiones planetarias que ocurrieron en el pasado que dejaron a Marte cubierta de cráteres, y que tal vez fue la culpable de que perdiese su atmósfera. Muchos de esos trozos terminaron llegando a la Tierra, tras vagar por el espacio, y podría haber ocurrido que uno de ellos contuviese esporas que se hubiesen mantenido aletargadas durante el viaje interplanetario. Una vez en la tierra, hace unos 3800 millones de años, podría haber sido el iniciador de la vida terrestre, que tras cientos de miles de millones de años de evolución habrían terminado en la biodiversidad que vemos hoy en día.
Que haya ocurrido al revés, es menos probable. Pero de cualquier modo, se podrá determinar si existe algún tipo de parentesco une a los marcianos con los terrestres, si es que Curiosity logra descubrirlos. Será muy difícil encontrar algún rastro de ADN, si es que la vida marciana se codifica de la misma forma que la nuestra, ya que el ADN se termina destruyendo luego de cientos de miles de años. Por lo que no servirán evidencias pasadas, sino algo vivo en este momento. Algo posible, ya que si es que existe la vida desde tiempos pasados, esta tiene que haberse adaptado a las condiciones actuales de Marte, que son totalmente inhóspitas. Acá en la tierra hay microbios que pueden vivir dentro de rocas, soportar el calor intenso de un volcán, frío de un glaciar y demás condiciones que imposibilitarían la supervivencia de cualquier otra forma de vida, son los llamados extremófilos. Por eso es que si el Curiosity sólo encuentra evidencias de vida pasada en Marte, la próxima misión irá a por la prueba final de vida actual.
Hasta la fecha, se ha anunciado el descubrimiento de evidencias de vida marciana tanto en un meteorito como allá mismo. Pero ambos casos no fueron aceptados por la comunidad científica. El primero fue el del meteorito llamado ALH84001, del que científicos de la NASA concluyeron incorrectamente que tenía fósiles microscópicos. También se dijo que las Viking, que estuvieron en Marte en los años 70 del siglo veinte, habían descubierto pruebas de moléculas orgánicas, pero sin la aceptación total de la comunidad científica. Ahora solo cabe esperar la comprobación de Curiosity, habrá que tener paciencia, y dejar al rover que perfore y analice el suelo marciano durante los próximos meses. Mientras tanto, les recomiendo que se conformen con una obra maestra de la literatura: Crónicas marcianas de Ray Bradbury.