

A pesar de que todo el mundo conocía La Bella y la Bestia, en su versión animada, el éxito de su reboot en life action ha ido más allá de lo esperado. No sólo por recaudación (más de 1.250 millones de dólares), sino por lo que ha reivindicado el personaje de Bella. De la mano de una Emma Watson deliciosa, el personaje ha reivindicado el feminismo en las producciones Disney.
Es más, ha demostrado que las princesas Disney son princesas, con o sin príncipe. Es cierto que la pátina de la Factoría de Sueños siempre ha sido algo anticuada, pero también lo es que está dando pasos para cambiarlo. No hay más que hacer un repaso a las princesas más feministas de Disney para verificar que algo está cambiando en el reino de Mickey Mouse.
Aurora
El peor ejemplo que podemos tomar en lo que feminismo se refiere, es el de Aurora. Una princesa manejable, que se pasa la película entera esperando al príncipe, no interesa demasiado. Lo peor es que cuando despierta tampoco es nada independiente. Siempre tiene que preguntar antes de hacer. Obviamente, fue una de las primeras princesas que Disney creó.
Ariel
Con La Sirenita empezaron a cambiar muchas cosas. Ariel, hija de Neptuno, era la chica más poderosa de todo el océano. A pesar de ello, era completamente independiente, inconformista y con un punto alocado y rebelde con el que empatizaron muchas niñas. Todo se torció un poco cuando apareció el guapo de turno y acabar dando su prodigiosa voz por él. Pero, amigos, a eso se le llama amor.
Bella
Los cinco primeros minutos de La Bella y la Bestia dejan claro que esta princesa tiene algo especial. Va a su rollo, le encanta leer libros, es culta, preparada y muy educada. Pero también sueña con huir de su pueblo. No quiere quedarse, tener 14 hijos con Gastón, y dedicarse a sus labores. Incluso hace un capítulo de Hermana Mayor con Bestia, hasta que termina enamorándose.
Rapunzel
La escena en la que Rapunzel utiliza una sartén como arma y no para cocinar, es toda una declaración de intenciones. En ese momento, el feminismo alcanzó su punto más alto en la historia de Disney. No es casual. Una empresa como ésta no llega a dominar el mundo audiovisual, dejando cabos sueltos al azar.
A pesar de estar encerrada, Rapunzel lee todo lo que pilla, aprende a jugar al ajedrez, incluso entrena para pelear. Y aunque necesitó ayuda para salir de la torre, toda su historia demuestra una suficiencia admirable.
Jasmín
La protagonista de Aladdin tenía claro, desde un principio, que se casaría por amor, no por conveniencia. No sólo eso, tampoco tiene reparos en dejar de lado un mundo de opulencia y riqueza, si encuentra la felicidad en otro lugar. Eso sí, el mayor logro de Jasmín es terminar casándose con Aladdin, un chico de corazón puro pero lejos de la nobleza que pide su rango de princesa.
Tiana
No todo el mundo sabe que Tiana ha sido la primera princesa Disney en tener trabajo. Obviamente, esto le da un plus de suficiencia que ya quisieran muchos personajes masculinos. Pero no sólo tiene trabajo, también tiene un sueño que no pasa por un palacio o un príncipe. Ella quiere su propio restaurante y sabe que para tenerlo, toca trabajar. Este mensaje sí nos gusta.
Mérida
Mérida es una de las princesas Disney con el físico más alejado del canon de princesa Disney. Su carácter también dista mucho de la realeza Disney. Por suerte. Mérida se niega en rotundo a un matrimonio concertado. Mucho menos, que éste dependa de una competición de machirulos. La solución que encuentra es competir de incógnito y ganar su propia mano para elegir con el corazón.
Esmeralda
Quizás porque El Jorobado de Notre Dame no funcionó como se esperaba. Quizás porque Quasimodo no tiene tirón. Quizás porque la película llegó en la época más baja y oscura de Disney. Sea como sea, Esmeralda es una de las princesas Disney más discretas y desapercibidas. Por desgracia, pues su personaje, además de mujer, es de etnia y gitana y pobre de solemnidad. Mucho contra lo que luchar.
Y a pesar de todo, Esmeralda sabe cómo manejar toda situación y, sobre todo, como mantener a raya a los hombres que la tienen por una propiedad. Nada más lejos de la realidad. No te joroba.
Megara
Algo similar a Esmeralda le pasa a Megara. Y algo similar a Quasimodo le pasa a Hércules. Es, sin duda, una de sus mejores películas animadas, pero no llegó al público como se merecía. Nos perdimos a un gran personaje como Hércules. Y nos perdimos a una gran feminista como Megara.
Independiente, inteligente, cínica, mordaz y, sobre todo, convencida de que no encontraría el amor. Más que nada, porque se sabe superior, a todos los niveles, a cualquier hombre que la pretenda. No cuenta con el corazón gigante de Hércules.
Pocahontas
Fue una de las primeras princesas Disney en romper los roles y ser ella quien salve, en este casob a John Smith. Es más, en Pocahontas no hay final feliz y romántico. Él se vuelve a su casa, ella se queda en la selva y todos felices. No necesita un hombre a su lado para sentirse poderosa.
Elsa
La princesa Disney de hielo que ha revolucionado todo. Frozen es la película animada más taquillera de la historia de Disney, y lo es por el empoderamiento de su personaje principal. El amor que busca Elsa es el de su hermana, Anna, a quien no duda en dejar atrás para protegerla. Es más, se rumorea que podría ser la primera princesa Disney lesbiana.
Mulán
Fue pionera en el noble arte de mostrar al mundo que una mujer puede hacer lo que muchos hombres, y mejor que ellos en muchas ocasiones. Mulán dejó los clichés por los suelos y se convirtió en la heroína de todo un país. Algo nunca visto hasta ese momento.
Moana
Ha llegado la última pero se ha elevado a lo más alto del ranking feminista de princesas Disney. Su único afán es salvar a su pueblo y para ello no requiere asesoramiento masculino. Se basta ella solita.
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