Actualizado el 25/09/2024
En tendenzias.com nos gustaría dedicarle más tiempo a un tema de gran importancia una vez ha finalizado la primera sesión de tatuaje y nos disponemos a entrar en la fase de los cuidados: la protección del tatuaje contra el sol.
Inmersos en un mundo donde cada vez está más de moda el bronceado, muchos no dan la importancia merecida a este tema. Lo cierto es que el sol supone un peligro no sólo para el mismo tatuaje, que tiende a perder sus colores y formas con el paso del tiempo si se ve expuesto de forma constante a los rayos solares, sino que además toda nuestra piel perderá viveza llegándose a producir lo que se conoce como el envejecimiento prematuro y, en lo peores casos, el cáncer de piel.
En la primera fase, es decir, durante los dos o tres primeros meses, se deberá proteger el tatuaje del sol totalmente. Estos significa que, en ningún caso, permitiremos la exposición del mismo a la luz natural. Para asegurar este objetivo, lo mejor es llevar el tatuaje siempre cubierto, estemos donde estemos. No sólo si acudimos a la playa, a la piscina o la lugares específicamente indicados para tomar el sol, sino que también deberemos cubrir el tatuaje para pasear por la calle o, simplemente, para ir de un lado a otro. En estos casos, siempre es mejor que a veces.
Más adelante, aunque la herida esté curada, igualmente, deberá protegerla con cremas protectoras de pantalla total. Al cabo de un tiempo, podría empezar a usar altos factores de protección entre 30 ó 25. Asegúrese de que adquiere cremas bloqueadoras adecuadas que serían aquellas que indican SPF (Sun Protection Factor), o aquellas que llevarían en español el distintivo IPS (Índice de Protección Solar).