Actualizado el 14/10/2020
Además de la contaminación mediante Tóxicos Volátiles, existen otras formas de contaminación que son ligadas exclusivamente a las actividades humanas, sea por su manipuleo, descarte o simplemente transporte, además de una incorrecta explotación de los recursos (como en el caso de la minería) lo que genera graves trastornos a los ecosistemas, inclusive afectando a la vida humana y las actividades económicas.
Se trata de la contaminación mediante Tóxicos Metálicos, considerándose primordialmente que estos difícilmente se manifiesten en forma gaseosa, con excepción del Mercurio y el Selenio, por lo que su aparición ajena a la zona donde existe un yacimiento de los mismos, es meramente causada por las actividades humanas.
Transporte y Concentración
Existen distintas vías de acceso y depósito de los metales en un recurso natural, lo que causa posteriormente el ingreso al metabolismo y posterior intoxicación de los seres vivos, por lo que a continuación dejamos un cuadro que será de gran utilidad para comprender rápidamente el proceso:
Por otro lado, existen dos variables que facilitan su propagación:
- Bio-Concentración: Los tóxicos metálicos en los seres vivos son concentrados en los tejidos y órganos a través de mecanismos biológicos, causando que una posterior ingesta de los mismos cause una intoxicación aguda. Es el caso de los mariscos, por ejemplo, que filtran el agua donde se movilizan y retienen Arsénico, causando una posterior concentración del mismo.
- Bio-Magnificación: Esta concentración es mayor en las especies superiores de la cadena alimentaria, que en las primarias.
Acción Tóxica
La acción tóxica de los Tóxicos Metálicos tiene variación de acuerdo a distintos factores presentes en el individuo afectado, siendo los siguientes, entre otros:
- Edad: Mayor riesgo de intoxicación en
- Tipo de Dieta
- Hábitos (Alcoholismo, Tabaquismo, etc.)
- Estado Inmunológico del Individuo