Actualizado el 14/10/2020
Tiene cara de bueno, le voy a confiar mi dinero. Al menos, según un estudio de investigadores de la Universidad de Warwick, Gran Bretaña, nuestra decisión de confiar en la gente que va a manejar nuestro dinero en un banco, financiera, o donde sea, depende más de su apariencia, que de su comportamiento. Los investigadores publicaron el estudio en PLoS One, en el que muestran una serie de experimentos realizados para ver si la gente decidía confiar en los otros basándose en la cara. Este tiene cara de pillo, se va a quedar con mi plata.
Lo que descubrieron es que la gente presta mucha atención al rostro de una persona, que debe parecerle digno de confianza, a la hora de invertir dinero en alguien, incluso si han recibido información negativa sobre esa persona. Para los experimentos utilizaron algoritmos informáticos para crear un set de 20 pares de rostros, en cada par se encontraba una cara totalmente confiable y la otra nada digna de confianza. El programa de computadora modificó la aparente confiabilidad de las caras modificando las facciones. Esos 40 rostros fueron utilizado luego en juegos de confianza con participantes humanos.
Los juegos consistían en darle una suma de dinero al voluntario para que invierta la cantidad que quiera en un fiduciario que aparecía en la pantalla. Cualquier suma que invirtiesen se triplicaría, y se les decía a los voluntarios que luego sería decisión del fiduciario cuánto dinero le enviaría luego al voluntario inversor. Así los participantes tendrían el incentivo de sólo invertir en los fiduciarios que les pareciese que le devolverían más dinero que el que habían invertido.
En un primer experimento, 13 de los 15 participantes invirtieron más en los rostros con mayor confiabilidad. En un segundo experimento, a los voluntarios se les dio información buena y mala sobre algunos de los rostros. Incluso conociendo cosas malas, la mayoría invirtió más en los que lucían más confiables. Esto indicaba que las personas prestaban más que nada atención al rostro para evaluar la confiabilidad de alguien. Es una muestra muy pequeña, pero el resultado se acerca a lo que uno podría esperar, y a lo que se suele ver en la vida diaria.
Fuente: ScienceDaily