Actualizado el 14/10/2020
Podríamos decir que el jabón antibacteriano se convierte posiblemente en uno de los productos de belleza, y de salud, menos glamorosos de cuantos podemos encontrar en el estante de nuestro baño, pero lo cierto es que puede llegar a convertirse en una enorme oportunidad a la hora de mimar, cuidar y proteger nuestras manos, pasando así a ser una alternativa casera total y completamente natural. Aunque es cierto que en la actualidad puedes encontrar en farmacias y herbolarios una amplia variedad de jabones antibacterianos y geles (fáciles de llevar, ya que suelen ser vendidos en envases pequeños para poder llevártelos cómodamente en el bolso, y usarlos siempre que sea preciso sin necesidad de tener que utilizar agua), la realidad es que algunos pueden contener algunos ingredientes y sustancias no tan beneficiosas para la salud de nuestra piel.
Un buen ejemplo lo encontramos en el alcohol, un ingrediente que se utiliza de forma muy habitual en la elaboración de jabones y geles antibacterianos, pero que posee un efecto secundario poco agradable: utilizado en exceso puede acabar resecando nuestra piel. Este problema puede incluso aumentar durante los meses de invierno, cuando el clima y el agua caliente ocasionan sequedad. Y lo que es aún peor: grietas. De manera que si optamos por aplicarnos alguno de estos productos con alcohol, el resultado puede terminar siendo tremendamente doloroso.
Lo mismo ocurre con el triclosán, otra sustancia o componente habitual en este tipo de productos, fundamentalmente por sus cualidades antibacterianas. Sin embargo, también se caracteriza por ser un ingrediente ciertamente controvertido, ya que según algunos estudios podría llegar a actuar como un disruptor hormonal, relacionado a su vez con cierta resistencia a los antibióticos.
Por tanto, lo cierto es que con un poco de jabón natural y algunos aceites esenciales es perfectamente posible preparar un maravilloso jabón antibacteriano, totalmente casero y, sobre todo, lo más natural posible.
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Receta de jabón antibacteriano casero básica
Como comprobarás en la receta que te proponemos a continuación, la realidad es que elaborar nuestro propio jabón antibacteriano en casa es tan sencillo como simple. Solo necesitas unos pocos ingredientes y seguir los pasos para conseguirlo. Toma nota.
Qué necesitas:
- ¾ de agua destilada
- Jabón líquido de castilla
- ½ cucharada de aceite de semillas de uva
- 10 gotas de aceite esencial de menta
- 10 gotas de aceite esencial de romero
Instrucciones:
Llena un dispensador de jabón con el agua destilada, hasta alcanzar ¾ del dispensador. Luego llena el cuarto restante con jabón líquido de castilla, dejando únicamente un poco de espacio para añadir el resto de ingredientes.
Añade la media cucharada de aceite de semillas de uva, y las gotas de aceite esencial tanto de menta como de romero. Mezcla un poco y ¡listo! Cierra el dispensador y utilízalo siempre que lo necesites.
Por un lado, el jabón de castilla es un jabón elaborado totalmente a base de aceite vegetal, y puede convertirse en un ingrediente base a la hora de elaborar cualquier tipo de jabón casero. Por otro lado, mientras que el aceite de semillas de uva no es un agente antibacteriano en sí mismo, su contenido en vitamina C y antioxidantes ayudan a aclarar y limpiar la piel.
Como habrás podido comprobar, también hemos usado aceite esencial de menta, uno de los aceites con mayores cualidades antibacterianas, y también aceite esencial de romero, para proporcionar a nuestro jabón un mejor aroma.
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Cómo preparar un jabón con cualidades antibacterianas
Si la receta anterior te gustó, pero prefieres también optar por otra receta diferente, a continuación te proponemos otra opción igualmente útil y maravillosa. Toma nota.
Qué necesitas:
- Agua destilada
- Jabón líquido de castilla
- 2 cucharadas de aceite de almendras
- 1 cucharada de glicerina vegetal
- 15 gotas de aceite esencial de lavanda
- 10 gotas de aceite esencial de árbol del té
Instrucciones:
Empezaremos vertiendo el jabón de Castilla en un dispensador hasta alcanzar un ¼ de su capacidad. Luego añade el aceite de almendras, la glicerina vegetal y los aceites esenciales (en las cantidades indicadas en el apartado de ingredientes). No obstante, si lo deseas, puedes ajustar la cantidad a añadir de aceites esenciales según tus preferencias de aroma.
Finalmente, para terminar, llena el dispensador hasta la parte superior con agua destilada.