Actualizado el 14/10/2020
¿Hay algo más importante que el descanso? El descanso es la base del bienestar. Porque si no descansamos bien, nuestro cuerpo y nuestra mente no rinden como deben y, por lo tanto, no podemos trabajar, ni tampoco disfrutar de las cosas buenas de la vida como el amor o también el dinero, porqué no. Y para lograr un correcto descanso son primordiales tener un buen colchón y una buena almohada. Para que aciertes, te explicamos todo acerca de Cómo elegir un buen colchón y una buena almohada: trucos y consejos para hacerlo bien.
Cómo elegir un buen colchón
Cierto que la oferta es cada vez mayor, y entre tantos colchones y almohadas nos perdemos un poco. Algunas marcas nos hablan de colchones hechos con materiales de nombres muy atractivos pero que en la práctica tampoco sabemos bien de qué se trata y de si nos estarán tratando de vender gato por liebre. Y está de moda referirse a colchones y almohadas mediante el uso de calificativos que hacen referencia a tecnologías de pronunciación casi imposible que no tenemos ni idea de qué significan. Pues bien, calma, porque vamos a darte las claves para elegir un buen colchón sin marearte en el intento.
Hay que cambiar el colchón por lo menos cada diez años. Y decimos como mínimo, porque no solo el colchón envejece, sino que nosotros también vamos cambiando y nuestro cuerpo puede tener necesidades diferentes en pocos años, de modo que si notamos que no estamos descansando bien, tal vez sea el momento de renovar el colchón. Dicho esto, veamos.
Hay muchos materiales con los cuales puede fabricarse un colchón de calidad, de modo que no siempre podemos acertar con nuestro colchón perfecto tan solo viendo el material que lo compone. Más bien obedece al gusto personal de cada uno el que guste más un tipo u otro de material en su colchón. Entonces, ¿a qué debemos prestar atención cuando vayamos a comprar nuestro colchón? La primera norma y más importante de todas es probar el colchón y que nos guste la sensación que nos da.
Más consejos para elegir colchón:
- Cómo elegir el mejor colchón
Para probar el colchón, que es el primer consejo que te damos a la hora de elegir tu colchón ideal, debes permanecer tumbado en él al menos durante unos 10 minutos. Será el tiempo necesario para que tu cuerpo reaccione favorablemente o se sienta incómodo con el colchón. Y no te apures, porque en las tiendas de colchones están preparados para que los clientes hagan la prueba, de modo que no te corte tumbarte y quedarte acostado el tiempo que consideres necesario.
También es importante que el colchón sea transpirable. Esto es así porque sudaremos, pasaremos calor, ensuciaremos nuestro colchón de sudor, saliva y células muertas de la piel, además del polvo del ambiente. Si el colchón no es transpirable, queda expuesto a padecer de humedades y de la aparición de hongos y bacterias. Al igual que cualquier habitación necesitará ventilarse para limpiar el aire y que este se renueve, el colchón lo necesita especialmente. Piensa que estarás acostado sobre él durante muchas horas todas las noches.
En cuanto a la transpirabilidad del colchón, aquí sí hay que decir que el material influye. Porque, por ejemplo, los colchones de látex, viscoelástica o espuma HR, por lo general, son colchones de núcleo cerrado y les cuesta más conseguir ventilación que a los colchones de células abiertas como el de muelles. Aunque también es verdad que, últimamente, la tecnología está permitiendo novedades en este aspecto.
¿Y qué hay si eres una persona calurosa? Si eres caluroso, es importante escoger un colchón que te haga sentir fresco. Para que den frescura, los colchones mejor situados son aquellos que son más transpirables. Ahora bien, también contamos con colchones de tecnología avanzada que incorporan un novedoso sistema de partículas de gel, gracias a las cuales desciende la temperatura de los colchones.
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Los colchones que son suaves y que se adaptan a la fisionomía de la persona sin deformarse son muy confortables. En este sentido, lo mismo puedes comprar un colchón de espuma que uno compuesto de muelles combinados con otros materiales distintos. De nuevo, para saber que colchón te aporta la suavidad y firmeza que necesitas, tendrás que tumbarte en el colchón, con los zapatos quitados y probar durante un rato qué tal te sientes.
Cómo elegir una buena almohada
Bien, ya tenemos nuestro colchón. Pero, ¿sabías que la mayoría de los problemas de cuello, cabeza y espalda son consecuencia de una mala almohada? Sabiendo esto, querrás poner el máximo cuidado en la próxima compra de tu almohada, y para ayudarte aquí van unos cuantos consejos.
La realidad es que depende de cómo duermas podemos recomendarte una almohada blanda o una almohada dura, porque una no es mejor ni peor que otra por sí sola. Si duermes boca abajo, la almohada plana es buena ya que evita que tengas que forzar el cuello. Ahora bien, si duermes boca arriba, es preferible para tu cabeza y tu cuello que uses una almohada acolchada que puede ser bien de pluma, de plumón, ergonómica o viscoelástica.
Si duermes de lado, te puedes permitir una almohada dura. Y si eres una persona corpulenta, tu cuerpo va a tolerar bien las almohadas duras y grandes, mientras que un cuerpo más pequeño dormirá perfectamente con una almohada más blanda o baja.
Otro detalle que no podemos descuidar cuando nos vamos a la cama son los ácaros. Están por todas partes y, si eres alérgico a ellos, te lo pueden hacer pasar especialmente mal. Por eso, hay que asegurarse de adquirir una almohada antiácaros. ¿Cómo saberlo? Lógicamente preguntando al vendedor de la tienda, que debe conocer los componentes del fabricante, pero para que estés seguro, te adelantamos que las almohadas de látex y las viscoelásticas, por norma general, suelen ser antiácaros. Si, por el contrario, prefieres comprar una almohada con relleno natural, búscala que haya sido tratada con aceite vegetal de neem.
Además, hay fundas que son antiácaros, como son las fundas de seda y aquellas confeccionadas en algodón percal, pues ambas permiten la transpiración, evitando así que los ácaros crezcan.
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