Actualizado el 14/10/2020
Les habrá pasado de observar a su perro mientras está acostado todo el día, y hacerse la pregunta de ¿qué estará pensando? ¿piensan los perros? Investigadores de la Universidad de Emory, Estados Unidos, han realizado resonancias magnéticas del cerebro de varios perros para saber qué ocurre en la mente de nuestras mascotas.
Las imágenes por resonancia magnética permiten formar un mapa del cerebro, identificando qué región se activa cuando el perro, en este caso, está realizando alguna actividad. El neurólogo Greg Berns, uno de los autores del estudio, que se dedica principalmente a investigar cómo se forman las decisiones en nuestro cerebro, cree que los perros son mejores que los monos a la hora de estudiar la cognición, ya que no se sienten raros ni extraños al estar rodeados de humanos, y que está en su naturaleza, son animales domesticados desde hace decenas de miles de años, están preparados para lidiar socialmente con los humanos.
Si bien no es algo de todos los días el estar dentro de un resonador magnético, no les llevó más que ocho meses el entrenar a dos perros, Callie de dos años, y McKenzie, de tres, para que se quedasen quietos y tranquilos dentro de la máquina que suele hacer ruidos extraños, si bien les enseñaron también a tolerar orejeras.
Lo primero que decidieron estudiar, es si los perros comprenden el lenguaje de las órdenes que le dan las personar, o si responden más a movimientos del cuerpo o a otras pistas. También buscaban comprender cómo se representan los perros a los humanos, ¿somos todos iguales? ¿Qué parte del cerebro representa a los humanos y cuál a otros perros?
Los amantes de los perros están convencidos de que ellos pueden conocer qué estamos pensando y comprender cómo nos sentimos, es decir que tienen empatía con nosotros, casi como otra persona la tendría. Pero los escépticos, es decir los amantes de los gatos, opinan que sólo son unos buenos actores. Pero se sabe, por estudios anteriores, que los perros pueden seguir la dirección que una persona indica con el dedo, a veces incluso lo que uno está mirando, identifican rápidamente palabras nuevas asociadas a acciones, órdenes, o conductas nuestras.
Los investigadores buscaban identificar qué circuitos cerebrales respondían a señales de la mano de los humanos que indicaba la presencia o ausencia de una recompensa alimenticia. Basándose en estudios anteriores, los autores hipotetizaron que esa actividad se manifestaría en la sección conocida como cuerpo estriado, que está ubicada en la parte central e interior del cerebro.
Pudieron probar su hipótesis lo que les ayudará de ahora en más a mejorar el estudio cognitivo de los perros, ya que se pudo probar, al menos que ese estudio era posible. De ahora en mas, se podrá saber qué está pensando un perro, y qué áreas de su cerebro se asocian con qué pensamientos. Es interesante notar que los autores del estudio también redactaron unos lineamientos éticos generales para el tratamiento de los perros durante este estudio, para que la pasen lo mejor posible, y obviamente sin sufrir ningún tipo de daño o maltrato.