Actualizado el 14/10/2020
El descubrimiento de el cráneo más completo de hace 1,8 millones de años en Asia, obliga a repensar los orígenes del género humano. ¿Tenemos varias especies diferentes en el árbol familiar, o una sola?
El cráneo fue descubierto en agosto de 2005, en Dmanisi, Georgia. El más completo de uno de los primeros miembros de nuestro género Homo. Le llevó ocho años de estudio a un equipo internacional, y recién ahora lo dan a conocer en Science. Tiene características extrañas, primitivas, inesperadas incluso en un miembro del género homo de hace 1,8 millones de años.
Está tan completo que incluso tiene partes muy delicadas del rostro, muy difíciles de encontrar en los fósiles. Combinado con otros cráneos no tan completos también descubiertos en Dmanisi, demuestra que estos antiguos humanos que convivieron en tiempo y espacio eran muy diferentes entre sí, pero sin embargo pertenecían a la misma especie. Una idea que tendría profundas implicancias para el género Homo, que en África tiene muchas especies diferentes, que podrían ser una sola, a la luz de los nuevos descubrimientos.
La mayoría de los expertos no dudan en calificar al llamado Cráneo 5 de Dmanisi como uno de los descubrimientos más espectaculares de la paleoantropología (video). El paleoantropólogo David Lordkipanidze y colegas, autores del estudio publicado en Science, han desenterrado cráneos y otros restos óseos de al menos cinco individuos en Dmanisi, yacimiento asiático que contiene los fósiles humanos más antiguos fuera de África.
Los fósiles fueron datados por el método de los isótopos de argón con una fecha de entre 1,77 y 1,85 millones de años. Por lo que el género humano se habría expandido a Asia poco tiempo de haberse originado en África.
Se trata de un yacimiento en el que se han descubierto herramientas líticas, y también muchos restos de carnívoros tales como tigre dientes de sable, y un cheetah gigante extinguido, que seguramente habrán perseguido a nuestros antepasados. Los cinco individuos descubiertos en Dmanisi se hallaban en lo que se cree que era un cubil de carnívoros, donde arrastraban a sus presas.
Lo más llamativo es que los restos fueron depositados allí en el lapso de no más de algunos siglos, es decir, nada desde el punto de vista evolutivo. Luego la guarida colapsó, sepultando todos estos valiosos restos, que con el paso de los años se transformaron en fósiles.
Esos cinco individuos descubiertos allí, que convivieron en espacio y tiempo, son muy diferentes entre sí, tanto que si hubiesen sido descubiertos cada uno en otro lado, se les habría dado un nombre de especie a cada uno.
Un análisis de estos restos indican que no tienen una variación entre sí mayor a la que existe hoy en día dentro de nuestra propia especie: Homo sapiens. A la vez, tienen características similares a las de restos fósiles africanos que fueron ubicados en tres especies diferentes. Algunos de los fósiles de Dmanisi son muy parecidos a Homo erectus, otros recibieron el nombre de Homo georgicus en el pasado.
Pero ante el estudio del Cráneo 5, los investigadores realizaron una comparación exhaustiva de los restos de Dmanisi, de los cinco individuos. Las grandes diferencias podrían ser principalmente por las edades y las diferencias sexuales. Se trata de un hombre viejo y sin dientes, una mujer jóven, otros dos hombres maduros y un adolescente del que no se ha podido definir el sexo.
Esta muestra tan amplia de un único lugar, y de un período corto de tiempo, hace que Dmanisi sea un yacimiento excepcional. Se analizaron los cráneos con métodos de 3D, y descubrieron que la variación en el grupo no era más amplia que la que se da en los humanos actuales, o en los chimpancés actuales. Lo que les llevó a concluir que deben pertenecer a una única especie, variable, como las vemos hoy en día.
Pero, claro, ubicarlos todos en una única especie crea un problema: ¿cómo la llamamos? El Cráneo 5 tiene características más parecidas a los miembros más antiguos del género homo, de 2,3 millones de años, de Etiopía, que se han catalogado como Homo habilis. Pero ese mismo cráneo, también tiene características similares a los Homo erectus asiáticos (en África se los llama Homo ergaster), por lo que decidieron que por ahora los cinco de Dmanisi serán Homo erectus ergaster georgicus.
Los investigadores, sin embargo, prefieren llamarlos “Homo tempranos”. El análisis de todos los cráneos, realizado por el neurobiólogo Christoph Zollikofer, y por la española Marcia Ponce de León, también indica que la variabilidad vista en los restos de Dmanisi, muestran características similares a tres especies diferentes africanas: Homo erectus, Homo habilis y Homo rudolfensis.
Esto sugiere que todos, los africanos y los asiáticos, podrían ser parte de una única especie. Una idea muy controversial, ya que iría contra lo que muchos paleoantropólogos han luchado, el conseguir nombrar como especie diferente a sus descubrimientos (de diferentes yacimientos y épocas).
El descubridor, David Lordkipanidze dijo “si descubres los cráneos de Dmanisi en yacimientos aislados de África, algunas personas les habrían dados diferentes nombres de especies. Pero una población puede tener toda esta variación. Estamos usando cinco o seis nombres, pero todos podrían ser un único linaje”.
Tim White, paleoantropólogo descubridor de Ardipithecus ramidus, opinó que “Algunos paleontólogos ven diferencias menores en los fósiles y les dan etiquetas, y eso ha resultado en un árbol familiar que acumuló muchas ramas. Los dóciles de Dmanisi nos dan una nueva regla de medir, y cuando aplicamos esa regla a los fósiles africanos, mucha de esa madera extra en el árbol es madera muerta”.
Chris Stringer, otro paleoantropólogo famoso, principal defensor de la teoría Fuera de África, dijo “Yo creo que se probará cierto que algunos de esos fósiles africanos primitivos pueden unirse razonablemente a una especie variable de Homo erectus. Pero África es un continente inmenso con registros profundos de los primeros estadios de la evolución humana, y ciertamente parece que ha existido diversidad a nivel de especies antes de los 2 millones de años atrás. Así que todavía dudo que todos esos “Homo tempranos” puedan ser razonablemente unidos a un linaje en evolución de Homo erectus”.
Habrá que ver lo que depara el futuro. La bomba ha sido ubicada en medio del campo de la paleoantropología, veremos cómo estalla.
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