Actualizado el 14/10/2020
Históricamente se pensó que los dinosaurios, al ser reptiles, deberían ser de sangre fría, pero a la luz de los descubrimientos que fueron apareciendo desde los años 60 del siglo XX, se empezó a dudar, ya que animales de semejante tamaño como llegaron lograr algunas especies de dinosaurios no podrían ni moverse, casi, a no ser que tuviesen sangre caliente. Finalmente, gracias a un reciente estudio la teoría de los dinos con sangre fría podrá ser descartada.
Primero aclaremos, ¿qué significa tener sangre fría o sangre caliente? Se trata de dos expresiones coloquiales, la sangre fría implica que la temperatura interna del animal sube y baja de acuerdo a la temperatura ambiente, mientras que la sangre caliente lo que logra es que el cuerpo de ese ser vivo tenga una temperatura constante, sin importar cuanto calor o frío hace afuera. Nosotros, por ejemplo tenemos una temperatura corporal que oscila entre los 35 y 37 grados, sin importar si en la calle hace 10 grados, o 40. En cambio un reptil de sangre fría, deberá esperar a que la temperatura ambiente suba para poder moverse.
La ventaja de tener sangre caliente es que funcionan mejor y de forma constante las reacciones químicas que nos permiten pensar, movernos, digerir la comida, etc. La desventaja de esto, es que requiere de un gran gasto de energía, por lo que necesitamos ingerir gran cantidad de calorías. La ventaja de un ser vivo con sangre fría es que requiere menos energía, por ende menor cantidad de alimentos, volviendo más fácil la supervivencia en condiciones desfavorables. La desventaja es que dependen de que la temperatura ambiente suba, para que sus músculos puedan actuar.
Se decía que los dinosaurios tenían sangre fría porque sino habrían requerido inmensas cantidades de alimentos para mantener semejantes cuerpos como los de los descomunales Argentinosaurus, que llegaban a pesar 100 tonelades, el equivalente a 30 elefantes. También porque sus huesos fósiles presentaban marcas conocidas como “líneas de crecimiento”, que también se encuentran en los reptiles de sangre fría actuales. Pero un nuevo estudio publicado en Nature, ha estudiado los huesos de 41 mamíferos modernos de todo el mundo, descubriendo que todos ellos poseían las mismas líneas que sólo se creían pertenecientes a animales de sangre fría. Estas líneas están relacionadas con el crecimiento, ya que cuando las condiciones ambientales son desfavorables, y hay escases de alimentos, esta falta deja una marca en los huesos.
El consenso entre los paleontólogos de la actualidad, igualmente, es que el metabolismo de los dinosaurios no era parecido al de ningún vertebrado actual, por lo que no se los podría categorizar como de sangre caliente, ni como de sangre fría. Lo más probable es que tuviesen un sistema metabólico con un poco de ambos. Estuvieron rondando por el planeta durante unos 150-160 millones de años, por lo que seguramente diferentes especies tuvieron diferentes sistemas de regulación de la temperatura. La paleontología es una ciencia que depende del descubrimiento de los fósiles para ir mejorando su visión del pasado, por lo que a medida que se estudien más y más los restos de los dinosaurios, iremos desentrañando sus misterios.
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