Actualizado el 14/10/2020
La mayoría de los mamíferos tienen un muy buen sentido del olfato, tanto que lo utilizan para comunicar estados emocionales como el miedo, la ira y también la disponibilidad sexual. Pero los primates se alejaron del resto de los mamíferos hace unos 55 millones de años, relegando el olfato y dedicándole más espacio ene l cerebro a la vista. Hoy en día, casi todos los primates, nosotros incluidos, son principalmente visuales, pero al parecer, según un nuevo estudio, no perdimos del todo la capacidad de oler el miedo.
Investigadores holandeses de la Universidad de Utrecht han publicado un estudio en Psychological Science en el que dicen que los humanos todavía nos comunicamos por medio del olfato, por más que sea de forma inconsciente. Según los autores esto iría contra la visión comúnmente aceptada de que nuestra comunicación corre exclusivamente por las vías oral y visual.
Como decíamos, es normal en la mayoría de los animales tener un tipo de comunicación a través del olfato, pero nosotros hemos perdido gran parte de la capacidad olfativa de los mamíferos. Muchos de los genes destinados a este sentido están “apagados”, mientras que dedicamos gran parte de nuestro cerebro a procesar la información que viene de nuestros ojos, que como en los demás primates, pueden ver en mayor detalle, y en colores, algo que no ocurre en el resto de los mamíferos. Así es que se creía que no podíamos oler el miedo u otras emociones, como sucede con otros animales, como por ejemplo nuestros compañeros los perros.
Los investigadores realizaron un estudio un tanto asqueroso, ya que se dedicaron a recoger el sudor de las axilas de los sujetos del estudio mientras estos miraban escenas aterradoras de la película El resplandor, o videos repulsivos de “Jackass”. Luego pidieron a un grupo de mujeres que tomasen un examen visual mientras les hacían oler las muestras de sudor de hombre, sin que ellas lo supiesen. Cuando les tocó oler el “sudor de miedo”, abrieron sus ojos en una expresión de miedo, mientras que cuando olieron el “sudor de escenas repulsivas” fruncieron el rostro como si también les resultase repulsivo. Las mujeres son más sensitivas al olor del hombre, que estos al de ellas, según han demostrado estudios anteriores.
Los autores concluyen que la comunicación mediante los olores corporales sigue existiendo entre nosotros, seguramente atenuada por la ropa que usamos hoy en día. Pero justamente una de las razones por las que mantuvimos el pelo en axilas y en la entrepierna es para que se mantenga más tiempo el sudor en esas zonas, y no se evapore tan rápido como en el resto del cuerpo. Esto se debe a que se pueden enviar señales a través del sudor, señales de miedo que pueden ser compartidas por un grupo, incluso por una muchedumbre. Esto podría explicar el síndrome de la horda iracunda, que de repente puede convertir a una muchedumbre que protesta por alguna causa, en una turba violenta.
Fuente: LiveScience