Actualizado el 14/10/2020
Los Premios Nobel de química son uno de los cinco que Alfred Nobel dejó estipulados en su testamento, este año ha sido otorgado a los estadounidenses Robert Lefkowitz y Brian Kobilka, que deberán compartir el premio monetario. Su trabajo se enfocó en lo que se llaman receptores acoplados a proteínas G, son cruciales a la hora de comprender cómo funciona la compleja red de señales entre las células.
Estos receptores acoplados a proteínas G son una familia de proteínas capaces de sentir a las moléculas que están fuera de la célula, es decir más allá de la membrana, y así activar transducción de señales dentro de la célula que crean caminos y eventualmente respuestas en la célula. Las membranas de las células son impenetrables, excepto por estas proteínas que pueden permearla sin problemas en aras de una comunicación efectiva. Por ejemplo, cuando nos asustamos, el sacudón de adrenalina que recibimos es una manifestación de la comunicación de la red de señales químicas a lo largo de los millones de células que componen nuestro cuerpo.
Lefkowitz, nacido en 1943, es un médico investigador del Howard Hughes Medical Institute, que ya en los años 1980s, logró grandes avances en conocer cómo funcionan los receptores de adrenalina, noradrenalina, serotonina y dopamina. Según sus propias palabras, los receptores sirven como puertas hacia las células para diferentes neurotransmisores y hormonas en nuestro cuerpo. Conocer cómo funcionan esos receptores es clave para la medicina, ya que la mitad de los medicamentos dependen de ello para ser eficientes.
Brian Kobilka, nacido en 1955, trabaja con Lefkowitz desde los años 80, si bien en la actualidad está en la Universidad de Stanford, en California. Se enfocó en comprender las instrucciones genéticas que existen en el genoma humano para estos receptores.
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