Actualizado el 14/10/2020
Quien no ha estado triste alguna vez, incluso llorando, y pudo ser confortado por un hocico apoyado sobre nuestro regazo, una lameteada en la cara, o un par de ojos mirándonos atentamente. Es saber popular que los perros se dan cuenta cuando estamos tristes, o nos sentimos mal, y intentar llamarnos la atención de alguna forma. Ahora ese saber popular tiene apoyo científico, ya que un nuevo estudio ha descubierto que los perros realmente responden ante las lágrimas de sus compañeros humanos. Pero si realmente es por empatía, no está muy claro.
El estudio fue publicado en la revista Animal Cognition, por investigadores de la Universidad de Londres. Lo que descubrieron los autores es que los perros se acercan a las personas que están llorando, y que suelen hacerlo con un comportamiento sumiso. Es cómo si los perros comprendiesen nuestro dolor, pero sin embargo no hay pruebas de que realmente compartan nuestro pesar.
Hay pruebas arqueológicas de que al menos hace 30 mil años, ya había perros domesticados entre nosotros. Diversos estudios han demostrado que los perros son expertos en comunicación humana. Tantos años de evolución juntos los han predispuesto a ello. Incluso sus ojos son un recordatorio. Si bien en la mayoría de los mamíferos el blanco del ojo casi no existe, como una forma de protección, ya que la mayoría de los mamíferos evolucionaron para ser nocturno. Pero tanto en humanos como en los perros, es visible, y esto es así para que el otro pueda ver hacia dónde estamos mirando. Es una adaptación para la vida en sociedad.
Las autoras del estudio, con las psicólogas Deborah Custance y Jennifer Mayer, reclutaron 18 perros y a sus compañeros humanos para probar si los perros respondían al llanto con un comportamiento empático, es decir si tienen la capacidad de percibir lo que el otro está sintiendo y si ello los lleva a sentir compasión. Los perros eran una mezcla de razas, sin elegir a ninguna en especial. Las experiencias se llevaron a cabo en la casa de participantes, donde una de las investigadoras iba de visita, y se turnaba fingiendo llorar con la persona dueña de casa. De los 18 perros, 15 se acercaron tanto a la investigadora como a su compañero humano cuando lloraban, y siempre se acercaban a la persona que lloraba, y no a la que estaba quieta, como se habría esperado si lo que buscaba el perro es que lo conforten, en vez de proveer él confort. La mayoría lo hizo con un lenguaje corporal sumiso, como se esperaría si sintiese empatía. Otra razón podría ser que los perros aprendan a acercarse a la gente que llora, ya que la misma gente tiende a buscarlos, como un posible apoyo emocional.
Según las autoras del estudio hace falta mucha investigación todavía, antes de aceptar que los perros efectivamente sienten empatía. Pero el saber popular ya ha dado su veredicto, habrá que ver cuándo la ciencia pueda probarlo de forma tajante.
Vía LiveScience