Actualizado el 14/10/2020
Algo extraño ocurrió en el lago Mossø, Dinamarca. En las tierras húmedas conocidas como Alken Enge, cercanas al lago, viene trabajando un grupo de arqueólogos durante meses, y no dejan de desenterrar cráneos y huesos humanos. Cientos de guerreros que al parecer fueron sacrificados en masa por la misma época en que nació un niño en Nazaret que sería conocido como Cristo.
Hasta la fecha han descubierto huesos fracturados, hachas, espadas, garrotes y escudos que pertenecieron a varios cientos de guerreros. Quince arqueólogos y geólogos al mando de Kähler Holst, de la Universidad Aarhus, han excavado los restos de un gran ejército que al parecer fue sacrificado en la ciénaga Alken Enge. Por ahora no se sabe quiénes eran esos guerreros, de dónde llegaron, y por qué fueron sacrificados. Habrá que realizar un análisis detallado de las armas para conocer a qué pueblo pertenecieron.
Las ciénagas son perfectas para la preservación de restos óseos, ya que al tener poco oxígeno, evitan que se pudran. Al parecer, en la época en que murieron todos esos guerreros, la ciénaga era en realidad parte de un lago pequeño, que con el paso de los siglos se convirtió en una ciénaga.
La ciénaga de Alken Enge tiene unas 40 hectáreas de superficie, y los arqueólogos han realizado pruebas de excavación en otros sitios aparte del que están trabajando, y parece ser que hay restos por todos lados. Por este año al parecer no les dará el tiempo para excavar más que una mínima parte. La táctica será excavar pequeños sitios en toda la ciénaga para poder descubrir cómo era ese lugar hace dos mil años, y qué fue lo que sucedió para que tantos guerreros terminasen allí enterrados.
Fuente: ScienceDaily