Descubren el lugar exacto en que fue asesinado Julio César

Actualizado el 14/10/2020

Uno de los asesinatos más famosos de la historia fue el de Julio César, que ha sido retratado en infinidad de obras de teatro, novelas, películas y series de televisión. La mayoría de sus contemporáneos, cuentan que fue asesinado en Roma, en la Curia de Pompeyo el 15 de marzo del año 44 antes de nuestra era. Fue el resultado de un complot organizado por los senadores para eliminar a un general que estaba tomando demasiado poder. Ahora, 2056 años después, un equipo de arqueólogos españoles ha descubierto el lugar exacto en el que los comploteros lo apuñalaron hasta matarlo.

Asesinato de César por Jean-Léon Gérôme

Luego de las guerras civiles, César quedó como líder indiscutido de Roma. Pero los senadores recelaban de su poder. Se cuenta que en febrero del año 44, Marco Antonio le regaló una diadema a César durante las fiestas de Lupercalia. La diadema es el símbolo de un rey, y Roma no tenía reyes desde hacía más de 500 años, en tiempos de los Etruscos. César rechazó el regalo, pero los senadores quedaron desconfiados.

image Pronto se tramó una conspiración en su contra que terminó en su asesinato en los Idus de Marzo del año 44. Un grupo de senadores, que actuaba en defensa de la república, lo mató de 23 puñaladas en las escalinatas del senado; César cayó muerto a los pies de una estatua de Pompeyo y sus últimas palabras fueron: ¿Tú también Bruto?. Eso se debió a que uno de los asesinos fue Marco Junio Bruto, protegido de César. Otro protegido que participó del asesinato fue Cayo Longino Casio.

Si bien se sabe desde hace más de dos mil años dónde, cuándo y quienes lo mataron, no se disponía de evidencias materiales. En las fuentes se cuenta que la curia de Pompeyo fue cerrada un año después del asesinato, y que su hijo adoptivo y sucesor, Octavio, que luego fue Augusto, el primer emperador de Roma, mandó construir una estructura de tres metros de ancho y dos de alto en el supuesto sitio del asesinato para condenar el hecho. Los arqueólogos españoles encontraron esa estructura, justo al fondo de la Curia de Pompeyo, como dicen las fuentes escritas.

Sin duda el poder tener identificado el lugar exacto será más de interés turística, que científico, pero para los arqueólogos también les sirve el poder conocer cómo fueron cambiando las estructuras de Roma de acuerdo a la situación política y social que fue atravesando.

Fuente: ScienceDaily

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