Actualizado el 14/10/2020
Hace dos años se dio a conocer que en una cueva remota de Siberia, había existido una especie humana diferente a la nuestra, y que no eran los neandertales tampoco. Se trataba de los hoy llamados denisovanos, por la cueva en la que fueron descubiertos, la cueva Denisova, ubicada en las montañas Altai, el sur de Siberia. Lo extraño fue que de los denisovanos apenas si se tienen dos dientes y un fragmento de dedo de unos 48 mil años. Pero eso bastó gracias a que se trató a los fósiles con sumo cuidado como para que se pudiese probar de extraer muestras de ADN fósil. Es algo difícil, ya que el ADN se degrada pronto y fácil, tienen que darse unas condiciones ideales para que esto no ocurra, como que no sea una zona cálida, ni húmeda. Esto ocurrió en Denisova, y permitió identificar a una especie que no era ni Homo sapiens (nosotros), ni Homo neanderthalensis, la otra especie humana que andaba rondando esa parte del mundo por aquellos tiempos.
Pero al mismo tiempo en que se descubrieron estas muestras de ADN, el experto alemán Matthias Meyer, comenzó a buscar una forma de preparar mejor las muestras de ADN de los fósiles a fin de poder secuenciar el ADN completo con la mayor precisión. En el último número de Science se da a conocer no sólo el método que ha logrado Meyer, sino que pudo secuenciar el genoma extraído del fragmento de dedo 31 veces. Esto les ha permitido secuenciar el 99% de los nucleótidos que forman el ADN denisovano, y esto lo han logrado 10 veces, lo que significa que tienen una imagen del genoma de estos parientes nuestros tan claro como el de una persona viva actual.
Matthias Meyer trabaja con todo el equipo de genetistas del Instituto Max Plank, que liderados por el famoso Svante Pääbo han logrado tantos avances en el estudio del ADN de nuestros antepasados fósiles, como el caso del Genoma Neandertal. La precisión que han logrado con esta secuenciación de ADN ha permitido al equipo comparar los genes de este fragmento de hueso, que perteneció a una niña que vivió hace unos 50 mil años en esa cueva de Siberia, con los genomas de seres humanos actuales. Esta comparación produce un catálogo de los pequeños cambios genéticos que nos hacen diferentes de esos denisovanos, que eran parientes cercanos de los neandertales.
Irónicamente, a pesar de que de los neandertales se han descubierto cientos de fósiles completos, y de los denisovanos apenas si dos dientes y un fragmento de dedo, se tiene un genoma mucho más completo de estos últimos que de los famosos hombres de neandertal. El poder conocer bien el genoma, permite que se pueda saber el color de los ojos de esa niña denisovana, de qué color era su pelo, su piel, que al parecer todos eran marrones.
Lo interesante de este grupo poblacional de los denisovanos es que demuestran que Asia era un lugar poblado por diferentes grupos humanos que tuvieron cruces entre sí, a la vez que permite conocer cómo s movían las poblaciones humanas por aquellos tiempos. No es tan simple como se creía hace veinte años, que el Homo sapiens salió de África y eliminó a todas las demás especies sin siquiera cruzarse. Ahora, gracias al análisis del ADN neandertal y denisovano, se ve que los humanos modernos tenemos genes de estos parientes de hace decenas de miles de años.
Así que ya queda probado fehacientemente que nuestros antepasados directos, los Homo sapiens de hace 50 mil años, se cruzaron tanto con neandertales como con el linaje de los denisovanos. Se pudo comprobar que la gente que vive actualmente en Papúa Nueva Guinea, en el Sudeste Asiático, le debe al menos el 3 por ciento de su genoma a los denisovanos. Los grupos han y dai de China, tienen rastros de genes denisovanos también, pero no tanto como sus vecinos del sudeste. Es interesante notar, que los papuanos tienen más genes denisovanos heredados por el lado del padre, que de la madre, lo que puede interpretarse de dos modos, o bien los hombres denisovanos eran los que elegían a las mujeres sapiens para las cruzas, o que las uniones no eran genéticamente compatibles, por lo que la selección natural terminó eliminando algunos de los cromosomas X.
Este nuevo método de secuenciar ADN fósil recién ha empezado, si pudieron lograr estos resultados, mas muchísimos más que sólo son interesantes para los genetistas, lo que podrán lograr con los demás fósiles será muy esclarecedor para poder hacernos una idea cada vez más clara de cómo era la convivencia entre tantas especies humanas que estuvieron dando vueltas por el mundo entre 2 millones y 40 mil años atrás, y sin duda también poder comprender finalmente por qué somos la única especie humana sobreviviente.
Fuente: Science.
Para saber más (en inglés): John Hawks y Dienekes
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