Lovecraft lo dijo, no perforen el hielo antártico

Actualizado el 14/10/2020

A tres mil cuatrocientos metros bajo la superficie del hielo de la Antártida existe un lago. Un lago que no ha visto la luz del sol desde hace más de dos millones de años. Se trata del lago Ellsworth, descubierto en 1996 por el científico británico Martin Siegert. Uno de los 387 lagos subglaciales conocidos de la Antártida, y el blanco de una expedición fallida. Una expedición que viene gestándose desde 2009, y que buscaba explorar de forma directa las aguas de este lago que han permanecido intactas bajo kilómetros de hielo glacial, y que podrían albergar formas de vida que proliferaban hace 2 millones de años, tiempos en que los primeros integrantes del género humano se separaban del resto de los homínidos para dar lugar a nuestra especie.

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Se creía que era relativamente fácil acceder a los secretos del lago, y se había desarrollado un sistema con una tecnología especial que impediría cualquier tipo de contaminación, pero el gran continente blanco les ha ganado por cansancio a los científicos, y han tenido que cancelar la exploración por inconvenientes técnicos y presupuestarios. Aunque algunos dicen que fue el infame geólogo William Dyer, de la Universidad de Miskatonic, quien los alertó para que dejasen de taladrar los hielos antárticos si no querían liberar secretos que nadie, en su sano juicio, querría conocer.

image Es que, realmente, la fallida expedición británica para explorar el lago Ellsworth remite mucho a la ficticia expedición de la Universidad de Miskatonic relatada en la novela corta En las montañas de la locura, de H. P. Lovecraft, de 1931. Allí también se probaría una novedosa tecnología para taladrar el hielo antártico y las rocas de la región. Sólo que esa expedición llegó a descubrir horribles secretos que mejor era haberlos dejado incólumes. El relator en primera persona de la historia, el geólogo William Dyer, jefe de la expedición, comienza la historia advirtiendo a futuras expediciones de exploración que no se adentren en los secretos de las montañas de locura que hay en la Antártida.

En el caso de la expedición británica al lago Ellsworth el problema fue técnico, el taladro utilizaba agua caliente para perforar el hielo en tan sólo tres días, pero un error hizo que no se pudiese alcanzar el lago, ya que el hueco no fue vertical, sino que se torció, y no llegaría a conectar el lago con la cavidad especial que habían creado para actuar como reservorio. El problema es que no había ni combustible, ni presupuesto como para intentar hacer un hueco distinto. Así es que habrá que esperar a dentro de unos cuatro o cinco años, para que se pueda organizar una nueva expedición.

Podrá tenerse la palabra de los científicos ingleses, pero todos sabemos que realmente… el intento de llegar al lago Ellsworth se detuvo porque el taladro descubrió algo terriblemente horripilante, algo que no debe se molestado, algo que repta bajo la superficie del hielo antártico que tiene más de 600 millones de años de historia según el enigmático Necronomicón, libro traducido por el árabe loco Abdul Alhazred. Sólo cabe decir… ¡Tekeli-li!

Vía BBC Imagen: Wired

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