Actualizado el 14/10/2020
Entre el 13 y el 16 de septiembre se reunieron científicos, celebridades, artistas, astronautas y políticos en el Simposio Nave Estelar de 100 años (100 Year Starship Symposium), con la meta de discutir las posibilidades y contratiempos del viaje inter estelar. Este es bastante diferente al viaje de naves aquí dentro de nuestro sistema solar, ya que involucra distancias enormes. Por ejemplo, una nave que pudiese viajar a la velocidad de la luz tardaría unos 20 minutos en llegar a Marte, ya que está a tan sólo 20 minutos-luz. Plutón está a 4 horas-luz de distancia. Pero la estrella más cercana, Próxima Centauri, está a 4 años-luz, por lo que a una nave que pudiese alcanzar la velocidad de la luz le llevaría cuatro años llegar allá.
La idea del simposio es discutir sobre la posibilidad de construir una nave que pueda surcar el espacio interestelar y lanzarla en los próximos 100 años. Enviar gente en ese viaje será algo monumental, comparable a la construcción de las pirámides de Egipto en la época en que fueron levantadas. Viajes de tal vez 50 años de duración, o incluso 100 años, con intenciones de colonizar un sistema solar habitable, por lo que irían miles de personas abordo. Incluso puede llegar a involucrar a varias generaciones, lo que en la ciencia ficción se ha llamado naves generacionales.
Unos de los principales problemas que se discutieron en el simposio, que viene realizándose todos los años, no fueron tecnológicos, sino sociales. Uno de ellos es si permitir o no a las religiones participar en el esfuerzo de montar un viaje interestelar. Uno de los líderes religiosos que acudieron al simposio, Jason Batt, dijo que la Iglesia Católica tiene los recursos, y puede recaudar los fondos necesarios para un proyecto semejante. También dijo que existe potencial espiritual en el viaje interestelar, y que la iglesia debería preparar una organización para un ministerio fuera del planeta. Pero muchos científicos se resistieron a que las organizaciones religiosas se involucren en un proyecto semejante.
Un pastor de la iglesia bautista de Estados Unidos, Alvin Carpenter, también opinó que “la única forma en que la humanidad podría sobrevivir es si dejan atrás las religiones terrestres. Una forma segura de que este proyecto falle es llevar las religiones terrestres”. Puede ser que al ser una religión “menor”, esté en contra de las que más gente llevarían, como la católica, judía y musulmana. Pero argumentó que la religión genera agresión y conflictos. “Esto es algo que no deseamos exportar a las estrellas”. Según Carpenter, el dejar las religiones atrás, posibilitaría una nueva forma de pensamiento en las generaciones espaciales.
Es un proyecto interesante, que sin duda llevará muchas discusiones, pero en palabras de su organizadora, Mae Jemison, “tan sólo la idea de ir puede transformar la vida aquí en la Tierra ahora mismo”. Una razón para esto pueden verla en nuestro otro artículo ¿De qué sirve la exploración espacial?