¿Por qué la venganza es tan dulce?

Actualizado el 14/10/2020

Diversos estudios científicos han demostrado que en el cerebro humano se activan los centros de placer al pensar en la venganza del mismo modo que ocurre cuando deseamos comidas dulces. A quien preguntemos por qué alguien buscaría venganza, nos responderá, seguramente, que para hacer catarsis, pero según diversos estudios suele ocurrir exactamente lo contrario. Es lo que se llama la paradoja de la venganza.

venganza

Pero, primero aclaremos bien de qué hablamos cuando nos referimos a la venganza. Hablamos de un comportamiento generado por un mecanismo psicológico que cumple una función biológica. Los animales sociales, principalmente los primates, dentro de los cuales se encuentra nuestra especie, poseen mecanismos sociales para disuadir el que nos hagamos daño entre nosotros. La venganza, entonces, está metida dentro de esos mecanismos sociales, al ser una forma de disuadir a otros individuos de no volver a hacer daño en el futuro.

Pero nosotros los humanos, siempre le damos una vuelta de tuerca al tema social. Ya desde antaño hemos dejado escrito que la venganza es un mecanismo de corrección social, como se ha escrito en la antigua Biblia: “ojo por ojo, diente por diente” (Exod. 21:24). A la vez, en la misma Biblia se incita a no buscar venganza, y como bien dijo Martin Luther King, “la vieja ley de un ojo por ojo nos deja a todos ciegos”. Así, bipolar, es como aparece en nuestra sociedad, y dependerá de quién y dónde esté uno, pare ver de qué lado estamos. Si vivimos en una sociedad donde las leyes son débiles, entonces la venganza proveerá una forma de regular los daños, como comentábamos más arriba, una forma de mantener el orden social. Recuerden ese famoso diálogo inicial en la película El Padrino, cuando don Vito Corleone le pregunta a quien lo va a visitar por qué acude a él para que vengue a su hija, cuando antes ha ido siempre a la policía. Es que antes, le responde, quise ser un americano modelo, respetar las leyes, pero veo que nadie lo hace, por eso quiero venganza.

Pero la venganza, como decíamos al inicio puede ser dulce mientras pensamos en ella, mientras la planeamos, pero según estudios psicológicos no deja un buen gusto cuando se ha consumado, no provoca alivio. No es algo que la evolución haya favorecido para hacernos sentir bien, sino que es un mecanismo de regulación social, que escapa a lo que podamos sentir como individuos. Es una conducta que evolucionó en los animales sociales para mantener esas sociedades controladas, quien se venga está realizando una especie de castigo altruista, es decir sacrifica su bien estar a fin de castigar a quien se ha comportado mal. Según opinan los psicólogos evolucionistas la evolución ha creado este tipo de comportamiento, haciéndonos cree, como individuos, que la venganza será dulce, pero no lo es así, sin embargo, a nivel sociedad habrá funcionado a pesar de que al individuo no lo haya hecho sentirse bien.

Ahora, hablando de individuos, y no de la sociedad como un todo, la gente que suele ser más vengativa es aquella motivada por el poder, la autoridad, y por el deseo de estatus. Son los que no quieren perder su posición, por lo que deben dar el ejemplo de que no se metan con ellos, volvemos así al Padrino, y su sociedad mafiosa. Pero fue don Vito Corleone, el Padrino, también quien dijo “Hablas de venganza. ¿Va la venganza a devolverle a su hijo? ¿Va a devolverme a mí el mío”. Según las conclusiones de diversos estudios psicológicos, el evitar la venganza, ayuda a que nos olvidemos del asunto, y que lo trivialicemos, mientras que si nos vengamos, ya no será algo trivial, y no lo podremos olvidar, a pesar de que hayamos hecho pagar a quien nos causó un daño.

Como broche de oro, los dejo con la escena inicial de El Padrino, imperdible (en inglés y doblado).

Fuentes: Scientific American y APA

Artículos recomendados

Compartir en: Twittericono twitter Facebookicono facebook Pinteresticono pinterest

También te puede interesar