Actualizado el 14/10/2020
Unas cucarachas europeas han evolucionado como para burlar las trampas especialmente dedicadas a ellas. Se trata de cucarachas mutantes que han reorganizado su sentido del gusto, a fin de percibir la glucosa con la que se cubre el veneno, como si fuese amarga en vez de dulce.
El descubrimiento fue realizado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos. Habían descubierto que hace 20 años algunos controles de plagas estaban fallando para erradicar a las cucarachas, simplemente porque estos insectos evitaban comer el cebo envenenado.
En el estudio publicado en Science, Coby Schal y colegas, explicaron que existe un mecanismo neural detrás de ese rechazo, y pudieron comprobarlo con experimentos en los que les hacían elegir a las cucarachas entre gelatina y manteca de maní.
La gelatina es mucho más rica en glucosa que la manteca de maní. Las cucarachas cuya mutación les permite evitar las trampas saltaban hacia atrás cuando se acercaban a comer la gelatina, rechazándola. En un segundo experimento pudieron descubrir exactamente por qué les repugnaba la gelatina.
Inmovilizaron a las cucarachas y utilizaron diminutos electrodos para grabar la actividad de los receptores de gusto, células que responden a sabores que son alojados en microscópicos pelos en la boca de las cucarachas.
Descubrieron que las células que normalmente respondían a los gustos amargos estaban actuando ante la glucosa, en esas cucarachas mutantes. También se disparaban las células asociadas a lo dulce, pero las amargas inhibían la respuesta, así que el resultado final era que la cucaracha sentía un sabor amargo, y por ende feo, al probar la glucosa.
Reaccionaban de una forma muy parecida a la de un bebé al que se le da a probar espinaca, sacudiendo la cabeza y reusándose a beber el líquido.
Usualmente, cuando la selección natural cambia una habilidad del gusto, simplemente hace al organismo más sensible a ciertos tipos de gusto. Se ha visto en abejas que se especializan en la recolección de néctar, que son más sensibles al azúcar que otras abejas, lo que implica que sólo recolectan néctar concentrado. La evolución ha hecho que el azúcar sea menos dulce para ellas, pero así y todo, todavía les parece rico.
En el caso de las cucarachas mutantes europeas, lo rechazan, les parece amargo, una forma muy efectiva en la que la selección natural produjo de forma rápida cucarachas que no aceptan los cebos duces que esconden veneno. Nosotros seguimos tirándoles veneno, pero las cucarachas se siguen evolucionando para evadirlo.
Fuente: BBC